Les ayudan a manejar frustraciones. Esta actividad es inherente al desarrollo y, por eso, nunca debe prohibirse, sino estimularse. Los padres que juegan con sus hijos no solo comparten momentos de placer: estrechan lazos afectivos, se relacionan mejor y logran conocerlos.
Los desafíos y exigencias de la época actual, junto a las posibilidades que brinda el internet, han abierto el conocimiento a una serie de tendencias y aprendizajes sobre crianza y formación; temas que antes se adoptaban por herencia o secuencia generacional: de abuelos a padres y de ellos a sus hijos.
Les ayudan a manejar frustraciones. Esta actividad es inherente al desarrollo y, por eso, nunca debe prohibirse, sino estimularse. Los padres que juegan con sus hijos no solo comparten momentos de placer: estrechan lazos afectivos, se relacionan mejor y logran conocerlos.
Los desafíos y exigencias de la época actual, junto a las posibilidades que brinda el internet, han abierto el conocimiento a una serie de tendencias y aprendizajes sobre crianza y formación; temas que antes se adoptaban por herencia o secuencia generacional: de abuelos a padres y de ellos a sus hijos.